MANDALAS
El día que me ocurrió lo que ahora mismo me dispongo a contarles, apenas tenía yo algún conocimiento sobre los mandalas. Por entonces tenía 23 años y estaba preocupado porque una amiga española (mi actual esposa) estaba a punto de llegar a Cuba, y no tenía dinero para pagar un taxi que nos llevara desde el aeropuerto José Martí de la Habana, hasta Trinidad, mi ciudad natal.
El día que me ocurrió lo que ahora mismo me dispongo a contarles, apenas tenía yo algún conocimiento sobre los mandalas. Por entonces tenía 23 años y estaba preocupado porque una amiga española (mi actual esposa) estaba a punto de llegar a Cuba, y no tenía dinero para pagar un taxi que nos llevara desde el aeropuerto José Martí de la Habana, hasta Trinidad, mi ciudad natal.
A pesar de que Julia, (así se llama ella) me decía siempre que no me preocupara por el dinero, yo me agobiaba mucho porque nunca me ha gustado depender para nada del dinero ajeno, y no quería que ella fuera a pensar ni por un solo instante, que me estaba aprovechando de ella.
No sabía qué hacer. Tal vez por despejarme un poco, me fui a la playa. Me puse ropa de deporte y partí corriendo en esa dirección como hacía muchas veces, pues correr me ayuda a meditar y a sentirme bien.
Llegué a la playa 2 horas después, sudoroso, cansado, y algo más relajado. Me lancé al mar y nadé durante unos minutos, buscando de la madre mar su bendición y que se llevara mis energías negativas. Me acosté luego en la orilla, allí donde las olas aún pueden tocarte los pies, mientras el resto del cuerpo, de la cintura hacia arriba, se queda a salvo del embate de las olas.
Mi mente se quedó vacía, tan vacía como aquella playa Ancón, a 12 kilómetros de la villa de Trinidad de Cuba.
Mi mente se quedó vacía, tan vacía como aquella playa Ancón, a 12 kilómetros de la villa de Trinidad de Cuba.
Por esos meses de marzo o abril, los cubanos apenas visitan las playas. No es hasta que cae el primer aguacero de mayo, que la gente empieza a convertir el baño de mar y el propio paseo hasta las costas en algo habitual. Por esas fechas, aún frías para los nacionales, sobre todo encuentras en las playas a los turistas extranjeros, a los trabajadores de mantenimiento de la playa, y poco más.
Mi cuerpo yacía tendido exactamente en esa línea cambiante que separa mar y arena. Mis ojos estaban cerrados, mi respiración poco a poco se iba tornando más pausada. Algún tiempo después me retiré un poco de la orilla, me senté en posición de semi loto, y continué adoptando esa extraña postura mental que podríamos llamar contemplativa, sin que ningún pensamiento se agolpara en mi mente. Sin preocupaciones de ningún tipo, sin que el tiempo importara, ni las personas que veía a lo lejos.
Disfrutaba de cómo mis ojos se adueñaban del paisaje y se hacían uno sólo con él. De pronto sentí una voz que me habló. Su dulzura y su candidez me son imposibles de expresar en palabras. No era una voz que escuchaba con mis oídos físicos, sino una voz que percibía como telepáticamente, en mi fuero interno, en mi mente irracional. Todo esto que relato, sería difícil de entender para quien no haya experimentado alguna vez estos estados alterados de conciencia.
Era la voz del mar. En Cuba, los creyentes de la santería le llaman Yemayá. Si estaba tan seguro de que se trataba de ella, era porque no era la primera vez que me hablaba. Ya lo había hecho una vez, cuando le llevé una ofrenda, a petición de un brujo que me indicó que debía hacerlo. Aquella vez, al echar al mar la encomienda, las olas la hacían regresar violentamente a mis manos. No la recibía, así que en medio de mi desconcierto, sentí una voz que me dijo: “Hijo mío, tú no me debes nada”.
No sé por qué, pero estos fenómenos nunca me han asustado (bueno, algunos sustos sí que me he llevado, pero no es éste el momento adecuado para contarles al respecto). Lo cierto es que muchas veces al meditar en frío sobre muchas de estos sucesos paranormales, me cuestiono por qué en ese momento, lo acepto todo con tanta naturalidad, y no es hasta pasado un tiempo, cuando medito sobre lo ocurrido y me asombro y se me pone la carne de gallina.
Sin embargo, in situ, lo vivo con naturalidad. Al sentir la voz del mar diciéndome aquello, la paz volvió a mí. Le dije, hablando en su mismo idioma, ese idioma telepático y silencioso:
-“Pues entonces compartamos la ofrenda.
Fui partiendo a la mitad cada una de las 7 frutas que le llevaba, y comiendo mi parte. Sólo así el mar estuvo de acuerdo en recibir lo que le llevaba.
Aquel día de mi “maratón” hasta la playa, la voz del mar no fue tan escueta. Me habló durante mucho tiempo y de un modo tan especial e íntimo, que no lo podré olvidar jamás.
Me hizo dibujar en la arena un extraño dibujo. Cogí un palo que tenía a mano, y sobre la arena húmeda iba dejando que ella guiara mi mano. Cada una de las formas geométricas que me hizo dibujar, tenían un significado. Aquel mandala que terminé dibujando, le dio pie al mar para explicarme algo que me callo, en parte por no tener ahora mismo, después de más de 10 años, bien claro en mi mente todo lo que me dijo, y por no creer que haga bien revelando algo que me fue confiado de manera tan exclusiva. De hecho, mientras dibujaba el mandala, cada vez que alguna persona se me acercaba, venía una ola, y me borraba el dibujo. Sólo cuando estaba completamente solo, el mar volvía a hablar, y me decía con su voz dulcísima, que empezara a dibujar desde el principio.
Luego de aquella interesante explicación donde pude comprobar el significado del cosmos, y los equilibrios de la naturaleza explicados por una de esas fuerzas primordiales, la voz desapareció.
El sol hizo acto de presencia entonces. Él también quiso hablarme. Con una voz más grave que la anterior, pero igualmente sorprendente, me hizo dibujar su mandala particular. Me lo explicó, y sólo entonces, cesó de sonar aquella voz dentro de mi fuero interno.
El sol hizo acto de presencia entonces. Él también quiso hablarme. Con una voz más grave que la anterior, pero igualmente sorprendente, me hizo dibujar su mandala particular. Me lo explicó, y sólo entonces, cesó de sonar aquella voz dentro de mi fuero interno.
Cuando me convencí de que ya todo estaba dicho, me levanté, sumido en mi sorpresa y mis meditaciones y me dispuse a emprender el camino de regreso a casa. No había andado mucho cuando otra voz, que no sabría precisar de quien era, me dijo lo siguiente:
“No te preocupes por el dinero, que el dinero no es de nadie. Ya verás como aparecerá”.
Acto seguido, encontré junto a mis pies una moneda dorada equivalente a un peso cubano. La recogí del suelo muy extrañado, porque como ya les he dicho, la playa estaba prácticamente desierta. Con ella en la mano y sin dejar de andar, le dije entonces a la voz:
-¿Esto es una prueba, o es una casualidad?
Diciendo esto, otra moneda idéntica, apareció a mis pies. Estaba convencido, algo me estaba manifestando su presencia y su poder. Pero como soy así de incrédulo, volví a ripostar:
-Acabo de leerme un libro (El alquimista de Paolo Coelho) donde dice que algo que ocurre una vez en la vida, puede que no ocurra jamás, pero algo que ha ocurrido dos veces, puede incluso, ocurrir una tercera.
Un segundo después, otra moneda dorada apareció mágicamente ante mi vista. Con mis tres monedas doradas en la mano, llegué a la carretera. Ya me disponía a salir corriendo, cuando sentí que se acercaba un coche. Jamás hago autostop, pero aquél era mi día de suerte y me sentía capaz de comerme el mundo, así que saqué el brazo y para mi sorpresa, me pararon. Me invitaron a subir y me dejaron en la ciudad.
“No te preocupes por el dinero, que el dinero no es de nadie. Ya verás como aparecerá”.
Acto seguido, encontré junto a mis pies una moneda dorada equivalente a un peso cubano. La recogí del suelo muy extrañado, porque como ya les he dicho, la playa estaba prácticamente desierta. Con ella en la mano y sin dejar de andar, le dije entonces a la voz:
-¿Esto es una prueba, o es una casualidad?
Diciendo esto, otra moneda idéntica, apareció a mis pies. Estaba convencido, algo me estaba manifestando su presencia y su poder. Pero como soy así de incrédulo, volví a ripostar:
-Acabo de leerme un libro (El alquimista de Paolo Coelho) donde dice que algo que ocurre una vez en la vida, puede que no ocurra jamás, pero algo que ha ocurrido dos veces, puede incluso, ocurrir una tercera.
Un segundo después, otra moneda dorada apareció mágicamente ante mi vista. Con mis tres monedas doradas en la mano, llegué a la carretera. Ya me disponía a salir corriendo, cuando sentí que se acercaba un coche. Jamás hago autostop, pero aquél era mi día de suerte y me sentía capaz de comerme el mundo, así que saqué el brazo y para mi sorpresa, me pararon. Me invitaron a subir y me dejaron en la ciudad.
Al llegar a casa, me estaba esperando mi amigo Kedir, quien meses antes me había pedido dinero prestado para irse de viaje. No contaba con que me lo devolviera, pero ahí estaba él para devolvérmelo.
Tiempo después empezó a rondar por mi cabeza una duda:
Los mandalas, ¿qué hacer con ellos?
Tiempo después empezó a rondar por mi cabeza una duda:
Los mandalas, ¿qué hacer con ellos?
Fui donde un amigo estudiante de metafísica y miembro de la orden rosacruz. Le conté lo que me había pasado, y me dispuse a dibujarle los mandalas, pero él me detuvo:
-No lo hagas. No quiero verlos, y por favor, no se los enseñes a nadie. Eso es sólo para ti.
-No lo hagas. No quiero verlos, y por favor, no se los enseñes a nadie. Eso es sólo para ti.
Algunos años después, me invitaron a una sesión espiritista con unos videntes de mucha fama. Lo cierto es que nos demostraron a todos, su gran capacidad de videncia. Yo aproveché la oportunidad para preguntarle a uno de ellos por mis mandalas:
-¿Qué debo hacer con ellos?
Y la respuesta que me dio fue:
-Pregúntale al que te los dio.
Tendré que hacerle caso a este vidente y preguntarle al mar y al sol, porque está claro que nadie me va a saber responder.
TADEO
-¿Qué debo hacer con ellos?
Y la respuesta que me dio fue:
-Pregúntale al que te los dio.
Tendré que hacerle caso a este vidente y preguntarle al mar y al sol, porque está claro que nadie me va a saber responder.
TADEO
19 comentarios:
Hola, precioso el texto...Cuba!!!que lindo...
amigo,pase aqui para invitarte a conocer mi nuevo rincon se llama CEM%EU y el url es
http://www.cemporcentoconfidencias.blogspot.com/
espero verte alla, aunque sea para saludarme
un beso especial!
Hola T.S.:
Pasaré ha hacerte la visita. No lo dudes. Muchas gracias por dejarme tu lindo comentario. Besitos:
Tadeo
Qué bueno, Tadeo, me sigues sorprendiendo!!!
Cariños!!!
Lidia
Hola Lidia:
Siempre un placer tenerte por mis escritos. Me alegra que esta historia de mis mandalas te haya gustado. Besitos:
Tadeo
Tadeo, me he emocionado muchísimo al leer este posteo.
Sabes, nací en Corrientes, Argentina, en la frontera con Brasil y allí también existe el culto a Yemanyá, de modo que me sumergí en tu relato plenamente.
Un abrazo, querido amigo.
Hasta siempre.
Catalina
Hola Catalina:
Me da placer saber que esta historia te ha gustado. Besitos:
Tadeo
Amigo
vengo a saludarte
no me olvido de ti,jejeje
tengo novedades en mis escritos, me encantaria que pasaras para dar tu privilegiada opinion!
saludos!
ts
Hola TS:
Pasaré sin dudas a dejarte mis palabras. Me pillas un poco mal de tiempo, pero allí estaré en cuanto pueda. Ando enfermito, pero sacaré tiempo y energías. Besitos:
Tadeo
Tadeo, estas historias me encantan. Yo no soy creyente, pero siempre pienso que hay algo más, algo desconocido para el resto de los mortales, cosas que la ciencia no pueden explicar...me encantaría saber más sobre esto que te sucedió.
Un abrazo y te espero por mi blog.
Hola Claudia:
Un placer tenerte por mi blog. No sé cómo hacerte llegar más información sobre este tema. Me puedes preguntar lo que desees, aunque en esencia, casi todo está dicho. Pero si tienes interrogantes, o deseas que escriba sobre un tema en concreto, me lo puedes sugerir. Un besito.
Tadeo
Hermoso texto!! De verdad me encanto...creo fielmente en una fuerza superior que nos cuida y nos controla, para mi es Dios, pero igual pienso que todas estas señales son enviadas por El.... pasare muy a menudo por aqui...Saludos y felicidades!!!
Hola Leslie:
Dices bien. Todo lo que experimentamos es Dios, incluso nosotros mismos lo somos. No hay nada que no exista en el cuerpo de Dios, pues Dios lo es todo. Dios no creó nada, simplemente se manifestó, y cuando deje de hacerlo, todo lo que existe desaparecerá. Un besito:
Tadeo
Hola amigo
es solo una informacion...
tuve que poner en off el blog "confidencias"porque habia gente que estaba sacando mis escritos y poniendo sabe Dios donde...entonces ahora solo gente que yo invito es que tendran el uso del las confidencias...
me encantaria que me dieras tu email...para poder invitarte
y seguir comunicandonos...
ts
Hola TS:
Mi correo electrónico lo tienes en mi perfil.
josetapanes@hotmail.com
Puedes usarlo y gracias por la deferencia. Besitos:
Tadeo
Realmente Tadeo...no sé donde estuve cuando leí tu relato....!!! Maravilloso...!!..y tan creíble para quines comenzamos a reconocer los "milagros" que obran en nuestras vidas...claro que esto que nos cuentas..es SUPERRRR...!!
Rapidito te comparto algunas de estas cosas extrañas que me enseñaron que cuando necesitamos, todo aparece.
Estaba en un momento complicado de dinero y me dije..."debo comprarme zapatos"...a los 3 días me habla unh cliente de otra ciudad que solo habia visto unas 4 veces y no sabía a que se dedicaba y me pregunta: "Eugenia, cuanto calza..?"...jajajajaja...no sabía que responder...hasta recordé el tema de la cenicienta y me sentí con ganas de mentir la talla...!! Al ver mi vasilación me dijo "porque quiero llevarte un par de zapatos"...jajajajaja..realmente insólito...pero en 15 días los zapatos llegaron..!!
Quería fabricar unos monederos de cuero...que recordaba de cuando hacia muchos años había traídod e Marruecos. En mi país no hay importación de ellos y eran interesantes. El caso es que mi monedero hacía rato habia desaparecido..!! Voy al cyber como todo9s los días...y junto al monitor...había un monedero exactamente igual al mío...!!..sin dinero dentro, lo que lo hace más sujestivo.
También un dia me reprendo por no haber comprado saumerios. El caso es que son remolona para comprar...no me gusta y al llegar al cyber me sientoi y noté por el rabillo del ojo izquierdo algo...lo iba mirando d a poco, porque creo que mi conciencia ya estaba sorprendida....finalmente decidí mirar decididamente y era una bolsa de saumnerios...!!!..Gracias Hermanos dije...!!
La de hace dos dias fue maravillosa. Una amiga vino a casa y debíamos viajar a su ciudad, de modo que nos íbamos juntas. Al llegar a la Terminal de Omnibus...HABÍA OLVIDADO EL DINERO...!!!. No teníamos tiempod e volver..así que me pagó el viaje. No podía creer no0 tener algo de dinero y miré la billetera, y encontré un billete de 50 pesos...que me servirían para los gastos de los dos dias que pasaría. El caso es que al regresar, me tuvo que prestar para el pasaje y mi celular habia quedado son tarjeta. Como me sobraban 10 pesos en la Terminal decidí comprar...y me dicen "solo tengo de 20 pesos"...uyyy, no podría comparar...no tenia la totalidad...y decidí como llevada por una voz interna revisar nuevamente la billetera por si encontraba para completar. Pero no...de pronto noto algo que no recordaba tenher...UNA TARJETA DE CELULAR DE 20 PÈSOS...!!!!!---jajajajajaja.....el MILAGRO se habia producido...!!
Hoy pensando en eso creí entrender que estaba escrito que olvidaría el dinero en casa...pero me guiaron a que aprovisionara algo de dinero y la tarjeta de celular...!!, porque nunca jamás com´pré y guardé una tarjeta más que esa..!!
Y bueno...tengo muchos más milagritos...como todos los tenemos, solo que a veces no estamos valorándolos como tales...pero lo que sí debo decirte es que ultimamente LO QUE NECESITO ME LO ALCANZAN...!!
Y algo muy grande me alcanzó Dios...que en otra oportunidad te comentaré.
Por si no puedo abrir el Blog, enviame si tienes respuesta de esto a eugenia_clara@yahoo.com.ar
o neferakenaton@gmail.com
Te debo una respuesta en mi Blog, que no habia visto.
SOMOS UNO
Hola Eugenia:
Como tu comentario apareció 3 veces, he borrado dos de ellos, por un tema de estética.
Dices muy bien, la vida está llena de pequeños y de grandes milagros, que en mi opinión ocurren para hacer que el plan de Dios se cumpla. En aquellos espíritus de karma más rígido, por ser seres más viejos, esos milagros son más sorprendentes, porque el tiempo que tienen es menor, y en esos espíritus más jóvenes, los milagros ocurren menos, y también, esas personas lo perciben menos. Siempre es un placer teneerte por mis escritos. Besitos:
Tadeo
Estoy muy emocionada con este texto, Tadeo. Tengo los ojos llenos de lágrimas y se me ha erizado la piel. No creo en las casualidades: pienso que en el Universo todo tiene su lógica pura y perfecta, y que hayas llegado a mi puerto y me hayas atraído al tuyo,tiene un significado de veras muy importante, porque estoy atravesando un momento crucial en mi vida, un momento de sanación, aceptación y descubrimientos que se potencia al entrar en contacto con almas como la tuya.
Gracias!
Hola Raquel:
Por una parte me sorprende lo que dices, pero por otro lado no me sorprende para nada, pues a lo largo de mi vida, se me ha acercado mucha gente en busca de ayuda.
En lo que pueda ayudarte, puedes contar conmigo. Besitos:
Tadeo
Hola Tadeo fascinante tu experiencia...encontre tu blog buscando en la web quien tenia algun sueño o experiencia con mandalas debido a que tube un sueño conciente en viaje astral donde vi dibujado en mi frente una figura que asumo es un mandala por su forma geometrica, era unicolor y cuando la note en mi mente abri los ojos asustado porque no sabia que era pero lo cierto es que yo estaba despierto cuando vi la imagen. Estoy tratando de determinar que significa.
Sergio desde Venezuela
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