CARLOS CASTANEDA
Resulta complejo hablar de Carlos Castaneda, y lo es por más de un motivo. Primero, porque es una figura que ha conseguido muchos admiradores en todo el mundo, y muchos de ellos son verdaderos fanáticos de su obra, y ya se sabe a donde puede llevarnos cualquier tipo de fanatismo.
Otros, simplemente lo adoran como escritor. Sus libros enganchan, más allá de ser cierto o falso lo que cuenta. Y otros, aunque desde la duda, desean que lo que dijo, sea cierto.
Mi experiencia con los libros de Castaneda es la siguiente:
Este interesante y prolífico autor llegó a mí siendo yo un joven estudiante de metafísica, un joven en busca de la Verdad y con el tiempo suficiente como para entrar en todo y experimentar con todo. Muchos jóvenes de mi generación, allá en Cuba, teníamos predilección por muchas de estas prácticas esotéricas o estudios que se alejaban de la religiosidad convencional ofrecida por el cristianismo.
Devorábamos toda la literatura que nos caía en las manos, y poco a poco, fuimos conformando un grupo heterogéneo de amigos, donde cada uno aportaba los conocimientos adquiridos, ya fuera por la lectura, o por las respectivas vivencias personales.
Conocí a chicos y chicas que entraron a este mundo a través de la lectura de Castaneda, y me comentaron al respecto. Ellos intentaron tener experiencias paranormales consumiendo drogas de origen natural, como ciertas plantas alucinógenas de fácil adquisición en los campos cubanos. Luego nos contaban lo que habían vivido una vez alcanzados esos estados alterados de conciencia. Yo nunca participé de nada de eso. Nunca lo creí necesario.
Si bien, algunos de mis amigos, huérfanos tal vez de experiencias paranormales, se refugiaron en el consumo de esas sustancias, mi vida paranormal se movía en otra dirección. Lo suprafísico, en mi caso, aparecía por doquier, así que tenía una conciencia nítida de ese otro mundo paralelo a nuestra realidad física.
Como no he rechazado leer nada de lo que en mis manos ha caído, un buen día comencé a leer los libros de Castaneda, pero gracias a mis muchas lecturas anteriores, enseguida rechacé sus palabras como enseñanza para mi formación como ocultista.
Sobre estos temas relacionados con la parasicología y lo esotérico, he leído muchísimo, y por lo general, siempre he encontrado un denominador común en todos los autores. Sin embargo, Castaneda se convertía en una pieza que no encajaba en mi rompecabezas mental.
Algunos pensarán que sus enseñanzas podrían parecerme raras por provenir de un chamán de la etnia yaqui. Y a los que así piensen les digo que no creo que sea por eso.
Soy nieto de india maya, y mi guía en el plano espiritual (lo que en occidente algunos conocen como el ángel de la guarda) es una india mexicana. Por otro lado, he vivido entre negros practicantes de las religiones de origen africano y he conocido por dentro el mundo de la brujería, de la santería, del espiritismo practicado por esas personas, y salvo algunas pocas prácticas de brujería, no encuentro similitud entre las teorías de Don Juan con lo que yo mismo he aprendido entre brujos tanto vivos como muertos.
Además, esa voz interior que me guía, eso que dentro de mí me dice: “esto sí, esto no”, en este caso me ha dicho: “Esto no”.
Antes de escribir estas palabras he vuelto a leerme los relatos de poder y el conocimiento silencioso, y no han hecho más que recalcarme lo que ya pensaba. Son libros magníficos para disfrutarlos como literatura, e incluso, como ejercicio para el estudiante avezado, capaz de discernir entre lo que puede reconocer como una verdad trascendente y lo que no lo es.
Tengo amigos muy queridos que han llegado y entrado a este mundo, a través de los libros de Carlos Castaneda, y al menos eso es algo que tengo que reconocerle, y es que sus textos han sido capaces de despertar en miles de personas, esa percepción otra de la realidad. Ha conseguido dar un toque de atención en las conciencias de miles de personas, que en muchos casos, (no en todos) han sido capaces de empezar a mirar el mundo con otros ojos, con ojos más cercanos a la Verdad, a la realidad del Espíritu.
Sus libros están salpicados de sabiduría. Algunos dicen que Castaneda vertió en ellos, todo lo que había aprendido, lo mismo de unos maestros que de otros, y de esa mezcolanza obtuvo como resultado su modo de vida, su universo, sin dudas interesante y atrayente. Consiguió una fórmula literaria que luego otros escritores han seguido, incluso con éxito.
Termino recomendando su lectura, con la fe puesta en que cada cual encuentra en su momento lo que debe encontrar. Eso sí, no puedo dejar de recalcar que en mi caso personal, esta no fue la puerta que puso Dios para que entrara a este mundo.
Resulta complejo hablar de Carlos Castaneda, y lo es por más de un motivo. Primero, porque es una figura que ha conseguido muchos admiradores en todo el mundo, y muchos de ellos son verdaderos fanáticos de su obra, y ya se sabe a donde puede llevarnos cualquier tipo de fanatismo.
Otros, simplemente lo adoran como escritor. Sus libros enganchan, más allá de ser cierto o falso lo que cuenta. Y otros, aunque desde la duda, desean que lo que dijo, sea cierto.
Mi experiencia con los libros de Castaneda es la siguiente:
Este interesante y prolífico autor llegó a mí siendo yo un joven estudiante de metafísica, un joven en busca de la Verdad y con el tiempo suficiente como para entrar en todo y experimentar con todo. Muchos jóvenes de mi generación, allá en Cuba, teníamos predilección por muchas de estas prácticas esotéricas o estudios que se alejaban de la religiosidad convencional ofrecida por el cristianismo.
Devorábamos toda la literatura que nos caía en las manos, y poco a poco, fuimos conformando un grupo heterogéneo de amigos, donde cada uno aportaba los conocimientos adquiridos, ya fuera por la lectura, o por las respectivas vivencias personales.
Conocí a chicos y chicas que entraron a este mundo a través de la lectura de Castaneda, y me comentaron al respecto. Ellos intentaron tener experiencias paranormales consumiendo drogas de origen natural, como ciertas plantas alucinógenas de fácil adquisición en los campos cubanos. Luego nos contaban lo que habían vivido una vez alcanzados esos estados alterados de conciencia. Yo nunca participé de nada de eso. Nunca lo creí necesario.
Si bien, algunos de mis amigos, huérfanos tal vez de experiencias paranormales, se refugiaron en el consumo de esas sustancias, mi vida paranormal se movía en otra dirección. Lo suprafísico, en mi caso, aparecía por doquier, así que tenía una conciencia nítida de ese otro mundo paralelo a nuestra realidad física.
Como no he rechazado leer nada de lo que en mis manos ha caído, un buen día comencé a leer los libros de Castaneda, pero gracias a mis muchas lecturas anteriores, enseguida rechacé sus palabras como enseñanza para mi formación como ocultista.
Sobre estos temas relacionados con la parasicología y lo esotérico, he leído muchísimo, y por lo general, siempre he encontrado un denominador común en todos los autores. Sin embargo, Castaneda se convertía en una pieza que no encajaba en mi rompecabezas mental.
Algunos pensarán que sus enseñanzas podrían parecerme raras por provenir de un chamán de la etnia yaqui. Y a los que así piensen les digo que no creo que sea por eso.
Soy nieto de india maya, y mi guía en el plano espiritual (lo que en occidente algunos conocen como el ángel de la guarda) es una india mexicana. Por otro lado, he vivido entre negros practicantes de las religiones de origen africano y he conocido por dentro el mundo de la brujería, de la santería, del espiritismo practicado por esas personas, y salvo algunas pocas prácticas de brujería, no encuentro similitud entre las teorías de Don Juan con lo que yo mismo he aprendido entre brujos tanto vivos como muertos.
Además, esa voz interior que me guía, eso que dentro de mí me dice: “esto sí, esto no”, en este caso me ha dicho: “Esto no”.
Antes de escribir estas palabras he vuelto a leerme los relatos de poder y el conocimiento silencioso, y no han hecho más que recalcarme lo que ya pensaba. Son libros magníficos para disfrutarlos como literatura, e incluso, como ejercicio para el estudiante avezado, capaz de discernir entre lo que puede reconocer como una verdad trascendente y lo que no lo es.
Tengo amigos muy queridos que han llegado y entrado a este mundo, a través de los libros de Carlos Castaneda, y al menos eso es algo que tengo que reconocerle, y es que sus textos han sido capaces de despertar en miles de personas, esa percepción otra de la realidad. Ha conseguido dar un toque de atención en las conciencias de miles de personas, que en muchos casos, (no en todos) han sido capaces de empezar a mirar el mundo con otros ojos, con ojos más cercanos a la Verdad, a la realidad del Espíritu.
Sus libros están salpicados de sabiduría. Algunos dicen que Castaneda vertió en ellos, todo lo que había aprendido, lo mismo de unos maestros que de otros, y de esa mezcolanza obtuvo como resultado su modo de vida, su universo, sin dudas interesante y atrayente. Consiguió una fórmula literaria que luego otros escritores han seguido, incluso con éxito.
Termino recomendando su lectura, con la fe puesta en que cada cual encuentra en su momento lo que debe encontrar. Eso sí, no puedo dejar de recalcar que en mi caso personal, esta no fue la puerta que puso Dios para que entrara a este mundo.
Sin embargo, eso no quiere decir que a otros no les vaya a funcionar. De hecho, nadie puede dudar a estas alturas de que sus libros le han servido a muchos como "puerta" de entrada al universo suprafísico, y es y seguirá siendo, una de esas "puertas" extremadamente transitadas.
TADEO
3 comentarios:
Yo también he leido algunas obras de Castaneda, y me han gustado, si bién no produjeron, tampoco en mi, deseos de experimentar sus caminos, y menos aún el de consumir sustancias alucinógenas, que no me parecen necesarias para entrar en estados expandidos de conciencia.
Un gran maestro del trabajo científico con substancias alucinógenas es y ha sido Stanilav Grof, uno de los baluartes de la Psicología Transpersonal, que ha creado un método eficaz y seguro para acceder a estos estados ampliados de conciencia a través de la Respiración Holotrópica sin necesidad del uso de drogas). Como nada es casual en este universo, y tal vez te interese, te mando la dirección de un nuevo blog sobre respiración Holotrópica, de mi profesora de Constelaciones Cristina Llaguno que a su vez es facilitadora del método de Grof.
http://www.holotropicaenargentina.blogspot.com/
(y que yo he armado para ella)
Me alegra haber llegado aquí, y a pesar de las distancias que nos separan, también hay muchos intereses que nos unen!!!
Cariños,
Lidia
Hola Lidia:
Muchas gracias por pasar, leer y dejarme tu siempre gratificante comentario.
Miraré el blog que me recomiendas.
Luego, te pido que no le des demasiada importancia a las distancias que nos separan, pues en última instancia, toda distancia es ilusoria. Besitos:
Tadeo
Así es, Tadeo...
Gracias por estar!!!!
Lidia
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