SUEÑOS REPETIDOS
Todos los que hemos leído el libro “El Alquimista” de Paulo Coelho, sabemos de la importancia que tiene en el plano espiritual los sueños repetidos. Por lo general, nos brindan una información valiosa para nuestra vida presente, nos muestra una clave que debemos descifrar para disfrutar las mieles del autoconocimiento.
Supongo que habrá sueños repetidos de todos los tipos. En mi caso, les hablaré de mi gran sueño repetido, ese que creo más significativo en mi vida, pues luego tengo otros que también se me repiten, pero son esos sueños en los que me veo paseando por diferentes ciudades, o en los que me veo en la parte superior de un campanario mirando la ciudad desde arriba, o en azoteas, etc. Ahora que lo pienso, tengo muchos sueños en los que me veo mirando el mundo desde arriba, casi siempre en ciudades, más que en espacios naturales.
Pero este sueño del que quiero hablarles es uno que apareció muy pronto en mi vida, siendo yo un niño. Me veía sentado frente al mar en un risco. Yo estaba muy triste, muy pensativo, y veía caer la tarde. Al anochecer, me ponía en pie y me dirigía a un palacio que estaba allí mismo. Una vez dentro, había allí una fiesta. Todo estaba lleno de personas vestidas lujosamente. Yo también estaba vestido así. Aquel sitio era como mi casa. Todo lo que allí ocurría me resultaba ajeno. No tenía ganas ni ánimos para fiestas. Subía unas escaleras que daban a mis aposentos, y fin del cuento.
Tantas y tantas veces soñaba esto mismo, que ya me daba gracia soñarlo. Tuve muchos años para meditar sobre esto. Así que conseguí sacarle información a todo lo que veía. De alguna manera, en mi fuero interno, sabía que aquel señor europeo y de clase noble, era yo. Así que suponía que se trataba de un sueño que me mostraba un pasaje de mi vida pasada.
Sabía además, que aquel lugar no se encontraba en Cuba. Las playas caribeñas son inconfundibles, y aquel mar de mis sueños no era de mi país. Por las ropas que llevábamos, parecía que aquel sueño transcurría tal vez, en el siglo XVIII. Una vez me dijo un espíritu, que yo había sido marqués, así que este es otro dato a sumarle a esta historia.
Sumando datos y datos, sacados de conversaciones que iba teniendo con videntes, con espíritus y sacando información de mis propios sueños fui armando la posible historia de mi vida.
Al parecer, en aquella encarnación pasada, realicé un viaje a territorios americanos. Estuve en un lugar que se encuentra en el actual norte de México o sur de Estados Unidos. Al parecer, en ese sitio, conocí a una muchacha perteneciente a una tribu india, y me enamoré de ella.
A mi regreso a casa, mis días se hacían grises. Estaba triste, echaba de menos a aquella chica. Me sentaba frente al mar mirando al horizonte para recordarla, para sentirme más cerca de ella.
Esa noche en que regresé a palacio, al parecer, había tomado la decisión de mi vida. Regresaría a por ella. Tal decisión sería tal vez, la más importante de mi vida. Renunciar a todo por amor, es algo que en los planos espirituales tiene un valor incalculable. Fue como salir victorioso de un examen trascendental en mi vida.
En esta vida, me he casado con una mujer que tiene la casa llena de libros que hablan de indios americanos. Dice que le encanta ese mundo, y dice que en sus sueños se ve en una tribu, vestida como una india y hablando con el reflejo de la luna sobre las aguas del río.
Todos los que hemos leído el libro “El Alquimista” de Paulo Coelho, sabemos de la importancia que tiene en el plano espiritual los sueños repetidos. Por lo general, nos brindan una información valiosa para nuestra vida presente, nos muestra una clave que debemos descifrar para disfrutar las mieles del autoconocimiento.
Supongo que habrá sueños repetidos de todos los tipos. En mi caso, les hablaré de mi gran sueño repetido, ese que creo más significativo en mi vida, pues luego tengo otros que también se me repiten, pero son esos sueños en los que me veo paseando por diferentes ciudades, o en los que me veo en la parte superior de un campanario mirando la ciudad desde arriba, o en azoteas, etc. Ahora que lo pienso, tengo muchos sueños en los que me veo mirando el mundo desde arriba, casi siempre en ciudades, más que en espacios naturales.
Pero este sueño del que quiero hablarles es uno que apareció muy pronto en mi vida, siendo yo un niño. Me veía sentado frente al mar en un risco. Yo estaba muy triste, muy pensativo, y veía caer la tarde. Al anochecer, me ponía en pie y me dirigía a un palacio que estaba allí mismo. Una vez dentro, había allí una fiesta. Todo estaba lleno de personas vestidas lujosamente. Yo también estaba vestido así. Aquel sitio era como mi casa. Todo lo que allí ocurría me resultaba ajeno. No tenía ganas ni ánimos para fiestas. Subía unas escaleras que daban a mis aposentos, y fin del cuento.
Tantas y tantas veces soñaba esto mismo, que ya me daba gracia soñarlo. Tuve muchos años para meditar sobre esto. Así que conseguí sacarle información a todo lo que veía. De alguna manera, en mi fuero interno, sabía que aquel señor europeo y de clase noble, era yo. Así que suponía que se trataba de un sueño que me mostraba un pasaje de mi vida pasada.
Sabía además, que aquel lugar no se encontraba en Cuba. Las playas caribeñas son inconfundibles, y aquel mar de mis sueños no era de mi país. Por las ropas que llevábamos, parecía que aquel sueño transcurría tal vez, en el siglo XVIII. Una vez me dijo un espíritu, que yo había sido marqués, así que este es otro dato a sumarle a esta historia.
Sumando datos y datos, sacados de conversaciones que iba teniendo con videntes, con espíritus y sacando información de mis propios sueños fui armando la posible historia de mi vida.
Al parecer, en aquella encarnación pasada, realicé un viaje a territorios americanos. Estuve en un lugar que se encuentra en el actual norte de México o sur de Estados Unidos. Al parecer, en ese sitio, conocí a una muchacha perteneciente a una tribu india, y me enamoré de ella.
A mi regreso a casa, mis días se hacían grises. Estaba triste, echaba de menos a aquella chica. Me sentaba frente al mar mirando al horizonte para recordarla, para sentirme más cerca de ella.
Esa noche en que regresé a palacio, al parecer, había tomado la decisión de mi vida. Regresaría a por ella. Tal decisión sería tal vez, la más importante de mi vida. Renunciar a todo por amor, es algo que en los planos espirituales tiene un valor incalculable. Fue como salir victorioso de un examen trascendental en mi vida.
En esta vida, me he casado con una mujer que tiene la casa llena de libros que hablan de indios americanos. Dice que le encanta ese mundo, y dice que en sus sueños se ve en una tribu, vestida como una india y hablando con el reflejo de la luna sobre las aguas del río.
TADEO
12 comentarios:
qué hermosa historia.
Cabe la posibilidad de que ella sea tu india de aquella vez, así que aprovecha la felicidad de estar con ella que tienes en esta vida.
En mi caso tendré que esperar a la siguiente para estar con quien quiero , o con quien idealicé una vez.
Besitos ,me ha encantado.
Hola Tadeo, qué impresionante es poder develar todo eso! ojalá yo tuviera tanta claridad, en lo mío todo es confuso; yo cuando era niña y hasta la adolescencia soñaba que corría por unos jardines y de pronto me caía en un pozo, sentía esa sensación en la panza, a veces me despertaba y otras seguía, a continuación me encontraba aprisionada entre dos paredes que se me venían encima, yo sentía ese aprisionamiento, era muy tormentoso para mi soñarlo porque lo sentía como real; ahora hace bastante que no lo sueño.
Bueno un placer leerte.
naná
Querida Reyes:
Cuento estas historias para que cada persona haga lo mismo con su propia vida, porque todo lo que nos ocurre en la vida presente, está íntimamente relacionado con la vida pasada, así que es una especie de enseñanza, o es una especie de método de aprendizaje que pongo en manos de mis lectores.
Sin dudas, mi esposa es esa india. Seguiré contando en nuevos post, lo que sucedió después. Besitos:
Tadeo
Hola Naná:
Dices bien, yo le he dedicado mucho tiempo a entender todos estos misterios de mi vida. Una vez un espíritu me dijo: "Tadeo, olvida el pasado. El pasado ya pasó. vive el presente." Pero no me negó que todo lo que yo sabía del pasado era cierto. Me dijo que yo sabía demasiado de mi vida pasada. Yo lo entiendo como un método de autoconocimiento, y como siempre he querido saber, pues esto me sirve para predecir un poco mi futuro, aunque está claro que nuestra voluntad es muy importante. Porque estamos presos en la cárcel del destino, pero dentro de esa cárcel, tenemos cierta libertad de movimiento.
Besitos:
Tadeo
Hola Tadeo:
Acabo de toparme con tu blog, muy interante eh, la verdad es muy lúcida la reconstrucción que has hecho de estas vivencias. Fíjate que a mí me ocurrió algo cuando tuve la oportunidad de ir a Egipto, resulta que entré a una fortaleza en Alejandría, fue un instante pero me vi parada frente a una ventana, vestida de azul, un vestido como del siglo XVII mas o menos, sabía que era yo, pero no era mi rostro, tuve otras visiones digamos a lo largo de los días en los que estuve en ese país, uhhh... pero finalmente hay veces en las que pienso que todas estas sensaciones son solo producto de mi imaginación ya que mi formación me indica eso, en fin seguimos aprendiendo.
Hola Musiqa-Arabiya:
Ante todo agradecer tu paso por mi blog. Muy interesante lo que me cuentas. Sabes, es cierto que nuestra imaginación nos puede jugar malas pasadas, por eso es importante mantener la mente lúcida y aprender a discernir sobre lo que nos pasa por la cabeza, sobre lo que sentimos y pensamos. Una mente atenta, despierta y entrenada, cada vez más aprende a sacar información de sus visiones, así como de sus sueños. Todo debe funcionar como un gran rompecabezas donde todas las piezas encajen a la perfección. No es que uno tenga que saberlo todo exactamente, sólo es necesaria la información que te permita entenderte. A mí basta con saber eso que me ayude a responder mis interrogantes del presente. Esas dudas me han llevado a indagar e investigar. Besitos:
Tadeo
yo la verdad no se que decir, bueno estoy diciendo algo, esque digo hay, esten o no deacuerdo con migo que que dificil es decir una cosa que ya se ha dicho tanto, que haveces suena hasta mentira,
que bien escribes
y lo digo sinceramente...
Querido Josué:
Ya sé que estas historias parecen increibles. Por eso, decidí crear este blog, porque creí oportuno que otros lo leyeran, pues tal vez de esta manera aprendan a mirar con otros ojos su propia vida. Ojalá que todo el mundo, sea capaz de descubrir los misterios de su propia existencia, así como lo he estado haciendo yo durante años. Es algo que ayuda mucho a vivir porque te permite entender muchos de los fenómenos espirituales que ocurren a diario en la vida.
Un abrazo:
Tadeo
Hola Tadeo, de nuevo ando por tu blog revisando tu nueva entrada, el tema que tratas es el mismo que estoy leyendo en un libro titulado "La Magna presencia Yo soy", la verdad es un libro pesado para mi porque hay cosas que tengo que leer y releer porque no las entiendo, luego de un rato me canso, solo he podido leer dos o tres paginas en una sentada y ya... tu lo escribes más facilito jajaja, lo cual agradezco mucho.
Que buen detalle el de contestar a cada comentario, gracias.
Seguimos leyéndonos.
Hola Músiqa-Arabita, o Azucena:
Siempre es un placer contar con tus comentarios en mi espacio. Sólo que no sé por qué no dejaste este comentario en el tema de arriba, jejeje. Bueno, da igual. Te mando muchos besitos y que tengas un feliz San Valentín.
Tadeo
Tadeo, no te lo dejé porque la referencia me vino a la mente hasta que ya estaba leyendo esta entrada y luego no supe como regresarme jajaja, además se me iba la idea :D:D, ¿no te ha ocurrido que de pronto quieres escribir algo lindo y en la mente te queda fenomenal pero si no lo escribes luego luego se te olvida? :p
Que tengas bonito día.
Hola Musiqa-Arabiya:
Sé de qué me hablas, aunque en mi caso, como llevo trabajando con las palabras desde muy joven, he ido desarrollando habilidades de manera tal que las ideas interesantes no se me escapen, o al menos, que no se me escapen todas. Ahora bien, siempre hay ideas que se escapan, eso es inevitable. Besitos:
Tadeo
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