En mi post anterior he estado hablando acerca de las almas gemelas, y a raíz de eso, he estado conversando con amigos y desconocidos acerca de este tema y otros asociados y claro, sobre todos ellos sobrevolaba la idea del Amor. Tal vez por eso, he decido darle continuación al tema de las almas gemelas, tomando una de las tantas interrogantes que surgieron a lo largo de las conversaciones ya mencionadas para crear un marco que me permita echar fuera algunas de las ideas que ahora mismo cruzan por mi mente, aún sabiendo que tal vez deje algunas de esas preguntas sin respuesta.
¿Existe el Amor Ideal, la media naranja? Y si existe, por qué nos cuesta tanto encontrarla? Antes de responder a estas preguntas, tal vez deberíamos preguntarnos qué es el Amor. Está claro que nos llevaría muchísimo tiempo definirlo, o por lo menos, encontrar una definición que nos satisfaga a todos, así que intentemos minimizar este escollo dando por válidos algunos conceptos, aunque no lleguen a abarcar el fenómeno en su justa magnitud, en primer lugar, porque tal vez sea imposible expresar con palabras lo que el Amor es.
Me auxiliaré de Wikipedia para colocar aquí un concepto de Amor, que más o menos podamos aceptar todos:
AMOR:
Concepto universal relacionado con la afinidad entre seres, definido de diversas formas según las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico). Habitualmente se interpreta como un sentimiento y con frecuencia el término se asocia con el amor romántico. Para Gottfried Leibniz, «amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad». En el terreno religioso presenta fuertes connotaciones espirituales, de forma que trasciende el sentimiento y pasa a ser un estado del alma o de la conciencia, identificado en algunas religiones como Dios mismo. En Psicología, Robert J. Sternberg cree necesarios para que exista amor tres elementos: intimidad, pasión y decisión o compromiso. Para Erich Fromm, el amor es un arte. En Biología, parece estar relacionado con la supervivencia del individuo y de la especie. Según algunos, no es privativo de la especie humana, y también pueden presentarlo otros seres capaces de establecer nexos emocionales.
Dando por válido todo lo expuesto anteriormente, me gustaría definir el amor como la ley que explica absolutamente todos los fenómenos que ocurren en el universo conocido y en los universos aún desconocidos para el ser humano.
Es una única Ley, una ley grandiosa que se podría subdividir en muchas leyes, pero ante todo tiene carácter objetivo, es decir, que se cumple siempre más allá de la voluntad de los seres humanos. A esta Gran Ley a mí me gusta llamarle Dios, o más bien debería decir que me gusta llamarle a Dios, La Gran Ley. De aquí podría inferirse que para mí, Dios es Amor, por tanto, intentando definir qué entendemos por Amor, que ya he dicho que es una Gran Ley, podemos establecer la analogía siguiente:
AMOR = GRAN LEY = DIOS
Otra idea interesante que me gustaría dejar caer aquí y sobre la que valdría la pena reflexionar con profundidad es la siguiente: Dios está en todas las cosas, dicho de otro modo, la Gran Ley, o lo que es lo mismo decir, todo el conjunto de leyes que conforman la Gran Ley, se cumplen en todos los objetos y fenómenos conocidos y por conocer.
Dicho esto, podemos tomar como objeto de nuestro análisis al ser humano, al Amor manifestado en esa entidad que llamamos ser humano.
Desde la mirada del pensamiento oriental, el ser humano es mucho más que su cuerpo físico. El ser humano es una entidad que se puede descomponer como la luz, en siete partes. Ya dijimos que la Gran Ley se cumple igual para todos los objetos y fenómenos, por tanto, observemos como los orientales hacen con el hombre, lo mismo que con la luz. La luz se puede dividir en siete colores, y el ser humano se puede dividir también en siete cuerpos que son los cuerpos:
1-FÍSICO, 2-ASTRAL (O EMOCIONAL), 3-MENTAL, 4-BÚDICO, 5-ÁTMICO,
6-MONÁDICO, 7-ÁDICO (O EL CUERPO DE LA DIVINIDAD O LA ANTIMATERIA)
El amor es la ley que rige en todos estos cuerpos o niveles de existencia del ser humano. En el plano físico, ya sabemos que el amor se manifiesta a través del sexo. En el plano Astral, el amor se manifiesta a través de sensaciones de atracción hacia el ser amado. En el plano mental, el amor se manifiesta a través de pensamientos amorosos.
¿Por qué me he puesto a decir todo esto? Bueno, porque lo creo necesario para explicar por qué se hace tan complejo de explicar y de entender todo lo relacionado con el Amor al punto de que aún hoy siga siendo para los seres humanos, uno de los misterios más fascinantes.
Hoy por hoy, debido a nuestro nivel de desarrollo evolutivo, existen en la tierra 3 tipos de seres humanos:
1-Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto físico y emocional.
2—Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto emocional y mental.
3-Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto mental y espiritual.
De estos tres tipos de seres, los más abundantes, son los del grupo 2, es decir, aquellos que entienden el amor en mayor medida, como un acto emocional y mental.
El mundo vive hoy inmerso en el despliegue del potencial racional (CUERPO MENTAL). Esos seres cuyo raciocinio es más limitado, dejan de ser paradigmas en un mundo como el actual, donde la fuerza bruta, el músculo sin mente pocas veces puede convertirse en rector de la actividad humana.
Existen áreas del conocimiento donde nuestra capacidad racional se mueve como pez en el agua y es realmente eficaz, pero en el campo del Amor no es así. Por eso es que no conseguimos desde nuestra racionalidad evitar el dolor que producen los fenómenos amorosos. En este terreno, todo se vuelve dolor e incomprensión ante nuestros ojos racionales. Intentaré explicarlo.
El Amor es Una Gran Ley, y esa gran Ley es Dios, y al parecer, la naturaleza de Dios está relacionada con un ciclo infinito de oscilaciones de todo lo que existe, desde el punto de máxima materialidad, hasta el punto de máxima espiritualidad, es decir, Dios eternamente está pasando de ser Antimateria o Espíritu Puro, a ser Materia.
¿Y esto qué tiene que ver con el amor de los seres humanos? Pues muy sencillo.
En el ciclo inverso, en el que la materia pura regresa a su estado de antimateria, surgió el ser humano.
Hubo un momento en que todo existía en el cuerpo de Dios (CUERPO ÁDICO) y luego de la gran explosión o Big Bang, todo lo existente se dividió en muchísimas partículas que llamamos mónadas (CUERPO MONÁDICO).
Dicen los maestros de sabiduría, que todos los seres humanos que hemos pasado por el planeta tierra, nacimos de 49 tipos de mónadas diferentes, es decir, que todos los seres humanos estaríamos vinculados a 49 familias, a partir del tipo de mónada que nos dio origen, pero en este tema no podría aportar más información.
Ahora bien, imaginemos que tenemos delante a una mónada. Esa mónada individualizada tiene material para formar el principio espiritual de muchos seres. No sé de cuantos. Explota y se forman partículas más pequeñas. Todas esas personas que nacieron de esa mónada, forman una familia espiritual. Son personas que a lo largo de las sucesivas encarnaciones se estarán encontrando e interactuando.
Luego, pensemos en ese pedacito de mónada con material suficiente para dar origen a dos almas. Ese UNO último que se separó de su mitad en el último instante. Pues bien, esos dos fragmentos de mónada dieron origen a un par de ALMAS GEMELAS.
Esas dos partículas diferenciadas salieron disparadas a gran velocidad en sentido opuesto cada una buscando un extremo del universo, no del universo físico, sino del universo espiritual. El universo espiritual es algo difícil de entender. Pero digamos que no ocupa un lugar en el espacio, pero imaginemos que es tan grande como grande es el universo físico. De aquí que dos seres humanos, uno puesto junto al otro, es decir, juntos sus cuerpos físicos, pueden estar uno del otro a años luz en ese universo espiritual. Por eso es que nos cuesta a los seres humanos tanto trabajo entendernos los unos con los otros, porque acercar los cuerpos, no significa acercar las emociones, ni las mentes ni los restantes cuerpos espirituales.
Hasta cierto momento del desarrollo evolutivo de la sustancia, los 6 universos que nacieron de Dios, se estuvieron expandiendo. Pero al parecer, con la llegada de la Era de Acuario, comienza a darse el proceso contrario de contracción de esos universos. Creo que hace poco le dieron el premio Nobel de Física a un científico que descubrió que el universo físico estaba disminuyendo su velocidad de expansión.
Dicho esto, podemos tomar como objeto de nuestro análisis al ser humano, al Amor manifestado en esa entidad que llamamos ser humano.
Desde la mirada del pensamiento oriental, el ser humano es mucho más que su cuerpo físico. El ser humano es una entidad que se puede descomponer como la luz, en siete partes. Ya dijimos que la Gran Ley se cumple igual para todos los objetos y fenómenos, por tanto, observemos como los orientales hacen con el hombre, lo mismo que con la luz. La luz se puede dividir en siete colores, y el ser humano se puede dividir también en siete cuerpos que son los cuerpos:
1-FÍSICO, 2-ASTRAL (O EMOCIONAL), 3-MENTAL, 4-BÚDICO, 5-ÁTMICO,
6-MONÁDICO, 7-ÁDICO (O EL CUERPO DE LA DIVINIDAD O LA ANTIMATERIA)
El amor es la ley que rige en todos estos cuerpos o niveles de existencia del ser humano. En el plano físico, ya sabemos que el amor se manifiesta a través del sexo. En el plano Astral, el amor se manifiesta a través de sensaciones de atracción hacia el ser amado. En el plano mental, el amor se manifiesta a través de pensamientos amorosos.
¿Por qué me he puesto a decir todo esto? Bueno, porque lo creo necesario para explicar por qué se hace tan complejo de explicar y de entender todo lo relacionado con el Amor al punto de que aún hoy siga siendo para los seres humanos, uno de los misterios más fascinantes.
Hoy por hoy, debido a nuestro nivel de desarrollo evolutivo, existen en la tierra 3 tipos de seres humanos:
1-Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto físico y emocional.
2—Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto emocional y mental.
3-Aquellos que entienden el Amor en mayor medida, como un acto mental y espiritual.
De estos tres tipos de seres, los más abundantes, son los del grupo 2, es decir, aquellos que entienden el amor en mayor medida, como un acto emocional y mental.
El mundo vive hoy inmerso en el despliegue del potencial racional (CUERPO MENTAL). Esos seres cuyo raciocinio es más limitado, dejan de ser paradigmas en un mundo como el actual, donde la fuerza bruta, el músculo sin mente pocas veces puede convertirse en rector de la actividad humana.
Existen áreas del conocimiento donde nuestra capacidad racional se mueve como pez en el agua y es realmente eficaz, pero en el campo del Amor no es así. Por eso es que no conseguimos desde nuestra racionalidad evitar el dolor que producen los fenómenos amorosos. En este terreno, todo se vuelve dolor e incomprensión ante nuestros ojos racionales. Intentaré explicarlo.
El Amor es Una Gran Ley, y esa gran Ley es Dios, y al parecer, la naturaleza de Dios está relacionada con un ciclo infinito de oscilaciones de todo lo que existe, desde el punto de máxima materialidad, hasta el punto de máxima espiritualidad, es decir, Dios eternamente está pasando de ser Antimateria o Espíritu Puro, a ser Materia.
¿Y esto qué tiene que ver con el amor de los seres humanos? Pues muy sencillo.
En el ciclo inverso, en el que la materia pura regresa a su estado de antimateria, surgió el ser humano.
Hubo un momento en que todo existía en el cuerpo de Dios (CUERPO ÁDICO) y luego de la gran explosión o Big Bang, todo lo existente se dividió en muchísimas partículas que llamamos mónadas (CUERPO MONÁDICO).
Dicen los maestros de sabiduría, que todos los seres humanos que hemos pasado por el planeta tierra, nacimos de 49 tipos de mónadas diferentes, es decir, que todos los seres humanos estaríamos vinculados a 49 familias, a partir del tipo de mónada que nos dio origen, pero en este tema no podría aportar más información.
Ahora bien, imaginemos que tenemos delante a una mónada. Esa mónada individualizada tiene material para formar el principio espiritual de muchos seres. No sé de cuantos. Explota y se forman partículas más pequeñas. Todas esas personas que nacieron de esa mónada, forman una familia espiritual. Son personas que a lo largo de las sucesivas encarnaciones se estarán encontrando e interactuando.
Luego, pensemos en ese pedacito de mónada con material suficiente para dar origen a dos almas. Ese UNO último que se separó de su mitad en el último instante. Pues bien, esos dos fragmentos de mónada dieron origen a un par de ALMAS GEMELAS.
Esas dos partículas diferenciadas salieron disparadas a gran velocidad en sentido opuesto cada una buscando un extremo del universo, no del universo físico, sino del universo espiritual. El universo espiritual es algo difícil de entender. Pero digamos que no ocupa un lugar en el espacio, pero imaginemos que es tan grande como grande es el universo físico. De aquí que dos seres humanos, uno puesto junto al otro, es decir, juntos sus cuerpos físicos, pueden estar uno del otro a años luz en ese universo espiritual. Por eso es que nos cuesta a los seres humanos tanto trabajo entendernos los unos con los otros, porque acercar los cuerpos, no significa acercar las emociones, ni las mentes ni los restantes cuerpos espirituales.
Hasta cierto momento del desarrollo evolutivo de la sustancia, los 6 universos que nacieron de Dios, se estuvieron expandiendo. Pero al parecer, con la llegada de la Era de Acuario, comienza a darse el proceso contrario de contracción de esos universos. Creo que hace poco le dieron el premio Nobel de Física a un científico que descubrió que el universo físico estaba disminuyendo su velocidad de expansión.
Ahora les digo yo, si bien el universo físico está perdiendo velocidad de expansión, ¿no sería lógico pensar que el resto de los universos menos densos que el universo físico, estarán perdiendo aún más velocidad?, o incluso, ¿por qué no pensar que hayan incluso algunos de esos universos que ya estén contrayéndose en este mismo instante?
¿Y todo esto qué tiene que ver con el Amor de los humanos? Pues muy simple.
A lo largo de nuestras sucesivas encarnaciones podemos experimentar la fuerza del Amor hacia cualquiera de nuestros semejantes, pero por un principio de superación, el ser humano busca consciente o inconscientemente ese ser que sea nuestra mitad exacta, porque intuye que ese ser debe existir. Esa búsqueda dura toda nuestra existencia, todas nuestras sucesivas reencarnaciones, y no concluirá hasta el fin de los tiempos, hasta que volvamos todos a ser Dios o Antimateria. Lo que sí tenemos todos asegurados es el reencuentro con nuestra otra mitad, y el regresar a ser UNO, con Dios.
Ahora bien, ¿por qué es tan complicado encontrar a nuestra ALMA GEMELA? Para entenderlo debemos intentar imaginar a esas dos partículas o micro mónadas avanzando en sentido contrario en el universo espiritual. Pensemos que ambas se cargaron de manera diferente. Una se cargó positivamente y la otra, negativamente. Cada cual, según su polaridad atrajo hacia sí un cuerpo Átmico diferente, un cuerpo Búdico diferente, un cuerpo Mental diferente, un cuerpo Astral (o Emocional) diferente y un cuerpo físico diferente.
En esas condiciones, así de “disfrazados” esos dos seres se encuentran en la tierra en una primera encarnación. Los cuerpos físicos están cerca, pero el resto de sus cuerpos están a años luz.
Hemos hablado de la expansión y contracción de todos los Universos que surgieron de la gran explosión de Dios o de la Antimateria. Y hemos dicho que la vida apareció manifestada en ese ciclo mediante el cual el mineral pasó a ser planta, la planta, animal, y el animal, ser humano, por tanto, podemos decir, que el ser humano surgió de un proceso de expansión relativo dentro del gran proceso de contracción de los Universos. Esto quiere decir que cuando dos seres que son ALMAS GEMELAS acercan sus cuerpos, sienten algo que no lo pueden explicar. Ese algo es la fuerza de Amor que los mantuvo unidos en su día, aún cuando sus mentes racionales no sean capaces de detectarse el uno al otro.
Puede que estos dos seres se encuentren un buen día en el camino de sus vidas y no lleguen a amarse. Incluso, es posible que lleguen a odiarse. Puede incluso que se maten el uno al otro sucesivamente. Esto, que desde el punto de vista de la razón humana, puede parecernos atroz, desde el punto de vista espiritual no lo es tanto, porque cuando matas a una persona, ambas almas se encadenan y así se garantiza que regresen juntas en la siguiente encarnación. Claro está, luego habría que evitar que el asesinato vuelva a repetirse, y habría que conseguir que esos sentimientos de odio y rabia, se vayan transformando en sentimientos de atracción hasta llegar a conseguir el nacimiento del Amor, o más bien, que esos dos seres sean capaces de invadir, de contagiar de Amor, a sus cuerpos más externos, como son el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo físico, con ese Amor que ya se tenían, pero no lo podían sentir por encontrarse oculto al interior de ellos mismos, anidando sólo en sus cuerpos espirituales (BÚDICO, ÁTMICO Y MONÁDICO).
Dicho todo esto, entenderemos por qué en este momento del desarrollo humano, la mayoría de las personas, es decir, los seres del tipo 1 y 2, nos encontramos incapacitados para reconocer a nuestra ALMA GEMELA.
¿Por qué? Porque la razón, la mente humana (CUERPO MENTAL), está imposibilitada para reconocerla. Sólo amando a todo el mundo sin distinción, estaremos amando al ALMA GEMELA.
Por eso Jesús decía: “Ama a tus enemigos”, porque al final, él sabía que el Reino de Dios no se daría en la tierra mientras los extremos no se tocaran.
Ahora bien, ¿qué pasa con nuestra vida amorosa entre tanto? Pues yo creo que en la vastedad de seres con los que interactuamos, encontramos seres parecidos a nosotros, unos con nuestra misma polaridad, y otros, de polaridad contraria, e incluso, también a nuestra auténtica ALMA GEMELA.
¿Y todo esto qué tiene que ver con el Amor de los humanos? Pues muy simple.
A lo largo de nuestras sucesivas encarnaciones podemos experimentar la fuerza del Amor hacia cualquiera de nuestros semejantes, pero por un principio de superación, el ser humano busca consciente o inconscientemente ese ser que sea nuestra mitad exacta, porque intuye que ese ser debe existir. Esa búsqueda dura toda nuestra existencia, todas nuestras sucesivas reencarnaciones, y no concluirá hasta el fin de los tiempos, hasta que volvamos todos a ser Dios o Antimateria. Lo que sí tenemos todos asegurados es el reencuentro con nuestra otra mitad, y el regresar a ser UNO, con Dios.
Ahora bien, ¿por qué es tan complicado encontrar a nuestra ALMA GEMELA? Para entenderlo debemos intentar imaginar a esas dos partículas o micro mónadas avanzando en sentido contrario en el universo espiritual. Pensemos que ambas se cargaron de manera diferente. Una se cargó positivamente y la otra, negativamente. Cada cual, según su polaridad atrajo hacia sí un cuerpo Átmico diferente, un cuerpo Búdico diferente, un cuerpo Mental diferente, un cuerpo Astral (o Emocional) diferente y un cuerpo físico diferente.
En esas condiciones, así de “disfrazados” esos dos seres se encuentran en la tierra en una primera encarnación. Los cuerpos físicos están cerca, pero el resto de sus cuerpos están a años luz.
Hemos hablado de la expansión y contracción de todos los Universos que surgieron de la gran explosión de Dios o de la Antimateria. Y hemos dicho que la vida apareció manifestada en ese ciclo mediante el cual el mineral pasó a ser planta, la planta, animal, y el animal, ser humano, por tanto, podemos decir, que el ser humano surgió de un proceso de expansión relativo dentro del gran proceso de contracción de los Universos. Esto quiere decir que cuando dos seres que son ALMAS GEMELAS acercan sus cuerpos, sienten algo que no lo pueden explicar. Ese algo es la fuerza de Amor que los mantuvo unidos en su día, aún cuando sus mentes racionales no sean capaces de detectarse el uno al otro.
Puede que estos dos seres se encuentren un buen día en el camino de sus vidas y no lleguen a amarse. Incluso, es posible que lleguen a odiarse. Puede incluso que se maten el uno al otro sucesivamente. Esto, que desde el punto de vista de la razón humana, puede parecernos atroz, desde el punto de vista espiritual no lo es tanto, porque cuando matas a una persona, ambas almas se encadenan y así se garantiza que regresen juntas en la siguiente encarnación. Claro está, luego habría que evitar que el asesinato vuelva a repetirse, y habría que conseguir que esos sentimientos de odio y rabia, se vayan transformando en sentimientos de atracción hasta llegar a conseguir el nacimiento del Amor, o más bien, que esos dos seres sean capaces de invadir, de contagiar de Amor, a sus cuerpos más externos, como son el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo físico, con ese Amor que ya se tenían, pero no lo podían sentir por encontrarse oculto al interior de ellos mismos, anidando sólo en sus cuerpos espirituales (BÚDICO, ÁTMICO Y MONÁDICO).
Dicho todo esto, entenderemos por qué en este momento del desarrollo humano, la mayoría de las personas, es decir, los seres del tipo 1 y 2, nos encontramos incapacitados para reconocer a nuestra ALMA GEMELA.
¿Por qué? Porque la razón, la mente humana (CUERPO MENTAL), está imposibilitada para reconocerla. Sólo amando a todo el mundo sin distinción, estaremos amando al ALMA GEMELA.
Por eso Jesús decía: “Ama a tus enemigos”, porque al final, él sabía que el Reino de Dios no se daría en la tierra mientras los extremos no se tocaran.
Ahora bien, ¿qué pasa con nuestra vida amorosa entre tanto? Pues yo creo que en la vastedad de seres con los que interactuamos, encontramos seres parecidos a nosotros, unos con nuestra misma polaridad, y otros, de polaridad contraria, e incluso, también a nuestra auténtica ALMA GEMELA.
En el primer caso, nuestra mente se siente atraida por esta persona semejante y de igual polaridad, y en los restantes casos, sentimos con el “corazón”, algo que nos resulta atrayente en esa persona, aunque luego la convivencia y el ir racionalizando los sentimientos, es decir, valorar el Amor desde nuestra conciencia limitada (CUERPO MENTAL), nos haga comprender que somos muy diferentes y ese reconocimiento provoca en nosotros una especie de frustración que es muchas veces la causa del sufrimiento y de la ruptura de las relaciones.
Muchas veces los convencionalismos sociales, y la manera en la que hoy tenemos estructurada nuestra sociedad, impide que las relaciones entre ALMAS GEMELAS se faciliten. Pero con el tiempo, el propio ser humano irá creando un condicionamiento social para dichas almas encuentren un marco más propicio para su reconocimiento y acercamiento.
El dolor que experimentamos ante el fracaso de esas relaciones a donde gravitamos dejándonos llevar por el "corazón"(CUERPOS ESPIRITUALES), nos lleva a usar nuestra “mente limitada” (CUERPO MENTAL) para encontrar la pareja ideal. Y esta casi siempre la encontramos en un ser gemelo con nosotros, pero sólo en lo externo, es decir, una persona que tenga un cuerpo que nos guste, que sienta como nosotros y que piense como nosotros, es decir, un ser de polaridad similar a la nuestra.
Estos seres parecidos a uno, y de igual polaridad nos pueden hacer felices, pero llega un momento en que sentimos una voz interior que empieza a reclamarnos que sigamos buscando a nuestra auténtica ALMA GEMELA, y nos produce una especie de tormento que nos impide sentirnos totalmente plenos. Esas voces pueden llevarnos a romper estas relaciones aparentemente perfectas. Así vamos de encarnación en encarnación sin dejar de buscar, porque algo más fuerte que nosotros mismos nos empuja a esa búsqueda. Querer acallar esa voz, sería como querer acallar el latido del Universo, como querer acallar la voz de Dios.
Por tanto, el sufrimiento existirá siempre para el ser humano actual, lo mismo en el terreno del amor como en todos los terrenos de la vida, y no lo superaremos hasta que no venzamos este estadio marcado por la contradicción entre nuestros cuerpos materiales (FISICO, EMOCIONAL Y MENTAL) y nuestros cuerpos espirituales (BÚDICO, ÁTMICO Y MONÁDICO). Pero camino vamos de ello y cada vez nos acercamos más y más.
La Era de Acuario ha llegado, así que merece la pena estar atentos. Poner más amor en nuestro prójimo, aprender a mirar con los ojos del alma, más que con los ojos de la mente que son ojos que juzgan casi siempre induciéndonos al error sobre todo cuando de analizar temas tan profundos como el Amor se trata.
Si queremos encontrar a nuestra auténtica ALMA GEMELA, entonces tengamos en cuenta que:
1-Es un ser cuyo cuerpo físico, cuyas emociones y cuya mente, posiblemente no concuerden con la representación mental que nos hemos hecho de nuestra pareja ideal. Miremos con los ojos del corazón. Más que ver, sintamos. Busquemos dentro de nosotros y nuestros vehículos espirituales nos conducirán a ella. Antes bien, preguntémonos qué fuerza desconocida y mágica nos ha empujado a un ser tan diferente a nosotros, porque el ALMA GEMELA siempre termina apareciendo, aún cuando no lo busquemos.
2-Tengamos en cuenta que esa persona y nosotros, chocaremos mucho en muchos de los aspectos de la vida física por pensar, actuar y entender el mundo de maneras muy dispares. Puede que nuestra mente nos diga que es imposible llevar una vida de pareja satisfactoria a su lado, y puede que así mismo sea. Pero el que las contradicciones externas nos alejen de él, no significa que esa persona no sea nuestra ALMA GEMELA.
3-Demos por sentado, que nuestra mente encontrará siempre a una persona más afín a nosotros, a la hora de establecer una vida en común o una relación de pareja, pero no olvidemos que será sólo una afinidad externa. Y no olvidemos que el ser humano, por evolución, irá restando peso e importancia en su vida a sus cuerpos externos para identificarse cada vez más y más con sus cuerpos internos.
Mientras más avancemos en ese camino, es decir, en la misma medida en que vayamos dejando de ser seres racionales para convertirnos en seres espirituales, nuestros mecanismos de percepción de la realidad, esos con los cuales iremos sustituyendo al análisis racional por la síntesis irracional o intuitiva, nos dejarán en mejores condiciones para identificar a nuestra auténtica ALMA GEMELA.
Hoy por hoy, nuestro sistema espiritual (los espíritus que nos guían) se encarga de acercarnos a nuestra ALMA GEMELA con el fin de que tengamos con ella algún tipo de interacción que nos haga avanzar en ese largo camino de retorno al punto de partida.
Lo que surge de ese encuentro es difícil de saber. Algunos se quedan juntos para siempre, otros rompen sus relaciones y buscan a personas con quien tener vínculos más satisfactorios. Algunos buscan primero con el corazón y luego del fracaso se apoyan más en la mente. Otros hacen exactamente lo contrario, y otros no hacen ni lo uno ni lo otro, simplemente se quedan solos. Algunas personas encuentran a sus ALMAS GEMELAS casadas ya con otras personas.
Casos hay como personas hay, pero lo que sí parece inevitable es que las ALMAS GEMELAS acerquen sus cuerpos físicos alguna vez, es decir, lleguen a conocerse y lo más probable es que esto suceda en casi todas sus encarnaciones. Podría darse el caso de que el ALMA GEMELA no esté encarnada en la tierra en el mismo instante en que su contraparte le ha tocado venir, pero creo que en esos casos, uno acompañará al otro desde su plano de existencia distinto. No podrán estar juntos con el cuerpo físico, pero podrán estar juntos en los sueños (CUERPO ASTRAL) y juntos en todos los demás planos de existencia, aunque ellos no tengan consciencia de ello. Hay ALMAS GEMELAS que nunca se han encontrado en la tierra, pero que se juntan en el plano de los sueños cada noche.
Por tanto, el sufrimiento existirá siempre para el ser humano actual, lo mismo en el terreno del amor como en todos los terrenos de la vida, y no lo superaremos hasta que no venzamos este estadio marcado por la contradicción entre nuestros cuerpos materiales (FISICO, EMOCIONAL Y MENTAL) y nuestros cuerpos espirituales (BÚDICO, ÁTMICO Y MONÁDICO). Pero camino vamos de ello y cada vez nos acercamos más y más.
La Era de Acuario ha llegado, así que merece la pena estar atentos. Poner más amor en nuestro prójimo, aprender a mirar con los ojos del alma, más que con los ojos de la mente que son ojos que juzgan casi siempre induciéndonos al error sobre todo cuando de analizar temas tan profundos como el Amor se trata.
Si queremos encontrar a nuestra auténtica ALMA GEMELA, entonces tengamos en cuenta que:
1-Es un ser cuyo cuerpo físico, cuyas emociones y cuya mente, posiblemente no concuerden con la representación mental que nos hemos hecho de nuestra pareja ideal. Miremos con los ojos del corazón. Más que ver, sintamos. Busquemos dentro de nosotros y nuestros vehículos espirituales nos conducirán a ella. Antes bien, preguntémonos qué fuerza desconocida y mágica nos ha empujado a un ser tan diferente a nosotros, porque el ALMA GEMELA siempre termina apareciendo, aún cuando no lo busquemos.
2-Tengamos en cuenta que esa persona y nosotros, chocaremos mucho en muchos de los aspectos de la vida física por pensar, actuar y entender el mundo de maneras muy dispares. Puede que nuestra mente nos diga que es imposible llevar una vida de pareja satisfactoria a su lado, y puede que así mismo sea. Pero el que las contradicciones externas nos alejen de él, no significa que esa persona no sea nuestra ALMA GEMELA.
3-Demos por sentado, que nuestra mente encontrará siempre a una persona más afín a nosotros, a la hora de establecer una vida en común o una relación de pareja, pero no olvidemos que será sólo una afinidad externa. Y no olvidemos que el ser humano, por evolución, irá restando peso e importancia en su vida a sus cuerpos externos para identificarse cada vez más y más con sus cuerpos internos.
Mientras más avancemos en ese camino, es decir, en la misma medida en que vayamos dejando de ser seres racionales para convertirnos en seres espirituales, nuestros mecanismos de percepción de la realidad, esos con los cuales iremos sustituyendo al análisis racional por la síntesis irracional o intuitiva, nos dejarán en mejores condiciones para identificar a nuestra auténtica ALMA GEMELA.
Hoy por hoy, nuestro sistema espiritual (los espíritus que nos guían) se encarga de acercarnos a nuestra ALMA GEMELA con el fin de que tengamos con ella algún tipo de interacción que nos haga avanzar en ese largo camino de retorno al punto de partida.
Lo que surge de ese encuentro es difícil de saber. Algunos se quedan juntos para siempre, otros rompen sus relaciones y buscan a personas con quien tener vínculos más satisfactorios. Algunos buscan primero con el corazón y luego del fracaso se apoyan más en la mente. Otros hacen exactamente lo contrario, y otros no hacen ni lo uno ni lo otro, simplemente se quedan solos. Algunas personas encuentran a sus ALMAS GEMELAS casadas ya con otras personas.
Casos hay como personas hay, pero lo que sí parece inevitable es que las ALMAS GEMELAS acerquen sus cuerpos físicos alguna vez, es decir, lleguen a conocerse y lo más probable es que esto suceda en casi todas sus encarnaciones. Podría darse el caso de que el ALMA GEMELA no esté encarnada en la tierra en el mismo instante en que su contraparte le ha tocado venir, pero creo que en esos casos, uno acompañará al otro desde su plano de existencia distinto. No podrán estar juntos con el cuerpo físico, pero podrán estar juntos en los sueños (CUERPO ASTRAL) y juntos en todos los demás planos de existencia, aunque ellos no tengan consciencia de ello. Hay ALMAS GEMELAS que nunca se han encontrado en la tierra, pero que se juntan en el plano de los sueños cada noche.
Puede ser, incluso, que esa persona que ha conseguido por evolución espiritual, ganarse el no tener que regresar a la tierra, o no tener que hacerlo al menos en ese momento, decida, al descubrir que su ALMA GEMELA sí le ha tocado encarnar, venir a la tierra para cumplir con la misión de ayudar a su otra mitad en su camino de evolución espiritual.
Lo que sí parece seguro, es que cada uno de nosotros, antes de fundirnos en el cuerpo de Dios, en el cuerpo del TODO, en el cuerpo del AMOR, nos fundiremos antes, en ese abrazo de Amor Eterno largamente soñado con nuestra auténtica ALMA GEMELA.
TADEO
5 comentarios:
sigo siendo una fan, de lo que escribes, lo pones tan simple algo que realmente es bien complejo y encierra muchos misterios.
no tengo mucha curiosidad de conocer a mi alma gemela, pero cuando leí esta entrada realmente me pareció interesantísimo.
sigue asi, tu sabes que escribes muy bello, pero mas aun, lo explicas mucho mejor y de esta manera sé que mucha gente admira la manera como pones esas ideas y conceptos en un papel, y cuando lo leemos realmente nos llena.
Hola Babypilot:
Siempre es un placer tenerte por aquí. Me siento un poco mal porque este post me quedó muy largo, pero bueno, es que no lo sé explicar de otro modo, jejeje.
Me alegra que te haya gustado. Besitos:
Tadeo
Tadeo
Me perdi pero vuelvo, siempre vuelvo ehhh.
Necesito tiempo para leer y analizar lo que has escrito.
Es una promesa.
Te he linkeado. Pues me gusta tu blog. Ahhh y yo tengo mi pendulo.
Saludos desde mi camino.
Hola Luz:
Te estaré esperando. La culpa es mía por escribir tanto y no ser breve, y mira que lo procuro, jejeje. Besitos:
Tadeo
que cosa mas interesante y desconocida para mi este escrito no importa lo largo me enseño y me hizo pensar muchas cosas ahorita q justamente estoy pasando por etapa de sufrimiento pero quiero llegar a entender si mi alma gemela se ha pasado o aun no la encuentro
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